martes, 1 de septiembre de 2009

No dijeron ni una sola mentira, Roldán,Vera, Corcuera, Fondos Reservados, Guardias Civiles y PSOE autor de la persecución

LA UNIÓN DEMOCRÁTICA DE GUARDIA CIVILES.

La denegación a la solicitud de legalización (o inscripción) de la Unión Democrática de Guardias Civiles (U.D.G.C.), asociación cultural integrada por guardias civiles, por defecto de forma, abre de pronto una puerta a la organización, ya que una vez corregido este defecto de forma, el Ministerio del Interior no tendría más remedio que proceder a la inscripción y legalización de los estatutos. A esto se ponen los abogados de la Asociación, presentando, al mismo tiempo, la documentación en el Ministerio y un recurso de ampara en el Tribunal Constitucional.
En junio se celebra el consejo de guerra contra el guardia Rayo, es condenado a tres meses y un día, cuando había permanecido privado de libertad durante nueve meses. El cabo Rosas es trasladado, el 26 de mayo, al Sanatorio de Ciempozuelos, donde pretenden dejarle internado en calidad de “observación”[1]. Su negativa hace que se le traslade inmediatamente de nuevo a la prisión.
Durante el mes siguiente se celebra en la clandestinidad el II Congreso Nacional del S.U.G.C., con la presencia de 50 representantes provinciales. En el mismo se destaca la necesidad de negociar con ETA, la nulidad de todos los procesos posteriores a la Ley Orgánica de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad y el reconocimiento de las asociaciones profesionales. Se incide en el núcleo que forma el Estado Mayor del cuerpo dentro de la Guardia Civil, ya al mismo sólo acceden militares, nunca mandos propios de la institución.2
El 13 de septiembre, el cabo Rosas es trasladado a los calabozos de la comandancia de Sevilla, tres días después, tras un año de prisión, es puesto en libertad condicional; el 21 es de nuevo detenido al habérsele impuesto un arresto de tres meses por el director general bajo la acusación de “hacer reclamaciones contrarias a la disciplina”, refiriéndose a la solicitud de inscripción de la asociación cultural que el cabo Rosas había tramitado.
En esta coyuntura, el sargento de la Guardia Civil José Luis Cervero, saca a la luz pública la participación de mandos del cuerpo en la “guerra sucia” contra ETA Uno de ellos, comandante Acedo, solicita del juez militar Jesús Valenciano, el control de varios teléfonos ajenos a personal militar, solicitud que es concedida. Este juez fue el encargado de condenar a los miembros de la desaparecida Unión Militar Democrática (U.M.D.), “los húmedos”, firmó varias sentencias de muerte durante la dictadura y encarceló a los manifestantes que solicitaron, en diciembre de 1.976, la filiación a la Seguridad Social para la Policía y la Guardia Civil en Madrid. Esta autoridad judicial fue la utilizada por la Guardia Civil para acabar con el sindicato clandestino, hecho que fue utilizado por la defensa del cabo Rosas, al objeto de recurrir la jurisdicción militar para su defendido.
1 Semanario Interviú. 10 de junio de 1.987.
2 Actas II Congreso Nacional del S.U.G.C.

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