"Un fanático es alguien que no puede cambiar de opinión y no quiere cambiar de tema." (Winston Churchill), de Alex Marín
"Un fanático es alguien que no puede cambiar de opinión y no quiere cambiar de tema." (Winston Churchill)
Hoy a las 18:36
Soy muy consciente de que vivimos momentos sumidos en una grave crisis económica, tal vez, por ello, pienso que este asunto puede que no sea tan importante o de consideración para ninguno de los partidos políticos con representación parlamentaria o algunos parlamentarios, pero no me queda más remedio que hacerlo por una razón, la historia reciente está viva aun sobre las cabezas de muchas familias que ha padecido, que han sufrido y han quedado marcadas de por vida.
Hace muy pocos días, la ministra de Defensa, quiso condecorar con la cruz del merito militar a los antiguos miembros de la Unión Militar Democrática (UMD), entonces apestados, repudiados y castigados por haberse enfrentado a la dictadura de la sin razón, lo hicieron desde dentro del mismísimo ejercito, siempre supieron a lo que se exponían. Pagaron un alto precio, cárcel, expulsión, discriminación profesional y ostracismo. Desde entonces, han pasado treinta y cinco años, algunos de ellos ya no están entre nosotros, como Juli Busquets, el cual más tarde llego a ser diputado por el PSOE, los presentes en ese acto pudieron volver a ponerse su uniforme militar. Todos ellos y a pesar del pasado sufrido coincidieron en algo, “había merecido la pena, sobre todo por la democracia de este país”.
Años más tarde y ya en pleno uso y disfrute de la democracia, volvió a ocurrir algo parecido, probablemente más trágico por los resultados y número de personas afectadas, esta vez sucedía en la Guardia Civil, un colectivo que como todos ya sabéis y desde la entrada en vigor de nuestra Carta Magna, dejo de pertenecer como arma al ejército de Tierra pasando a formar junto con el Cuerpo Nacional de Policía de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado español, con el matiz de la “naturaleza militar”, es decir, son militares pero sin pertenecer al ejército.
La Guardia Civil es un instituto “armado de naturaleza militar por ley”, no nos olvidemos que los legisladores y políticos de la época la separaron del ejército por “alguna razón”, al igual que la Gendarmería francesa o los Carabinieri italianos (menos militarizados y mejor pagados los primeros), están sujetos a un régimen distinto del CNP, a iguales funciones se les aplica un régimen totalmente civil a los unos y a los otros uno militar, sin embargo, ante los ojos de la ley penal ordinaria o civil ambos cuerpos son iguales, de hecho tienen parecidas retribuciones por no decir casi iguales.
No pretendo ahora debatir sobre el carácter militar o civil de un cuerpo que nació siendo precisamente “civil”, de ahí su nombre, aunque tan solo duró “un mes”, ello debido a un grave problema económico en la época que impediría mantener en condiciones a esa fuerza armada, ahora pretendo y quiero hablar de democracia, de justicia, de igualdad, de derechos y de realidades, me explico:
Durante el mandato de Felipe González, década final de los años 80 a 90, se llevo a cabo la denominada “Operación Columna”, esta consistía en una feroz persecución contra todos aquellos guardias civiles, responsables del Sindicato Clandestino de la Guardia Civil (SUGC) o sospechosos (no era necesario probar absolutamente nada en la vida militar, el criterio del mando era el que decidía), las consecuencias no pudieron ser más atroces, expulsados, encerrados en prisiones militares, maltratados, internados en hospitales psiquiátricos ¿alguien creería a un loco?, en definitiva discriminados y al igual que los de la UMD relegados al ostracismo, marcados como el ganado de por vida, incluso socialmente.
Recientemente, la parlamentaria Rosa Diez (UPyD) llevó al Congreso de los Diputados, una proposición no de Ley (es pública), para que readmitiesen a los guardias civiles expulsados, en principio solo se habló de cuatro de ellos, sin embargo, son muy numerosos los perjudicados, tal vez miles, a día de hoy, aun no tenemos ni un sola noticia de la voluntad política para que se haga justicia de una vez y se les reconozca su actitud y favor por la democracia, me consta que han sido numerosas las reuniones y propuestas a los políticos, tras 20 años, las cosas siguen como entonces.
Hasta el día de hoy, muchos han sido los homenajes y recordatorios ofrecidos a otras tantas víctimas de la dictadura y poderes, por sus ideas o actos a favor de la democracia, algunos nos alegramos mucho del homenaje a los “héroes por la democracia”, los militares de la antigua UMD, estos fueron arropados por personalidades dispares como Jose Bono, Jose Antonio Martin Pallin, Cipriá Ciscar, Gaspar Llamazares, jefes de la cúpula militar, con la excepción del de Tierra, el cual excusó su presencia a dicho acto; al menos por mi parte, considero que estos cientos de guardias civiles, contribuyeron con su granito de arena a fortalecer los cimientos de la democracia que hoy todos disfrutamos, incluidos nuestros políticos, pues ellos, los guardias civiles, han sido los grandes olvidados y sacrificados de nuestra democracia, no estaría nada mal, una reflexión y un cambio profundo cambio en la opinión de algunos políticos con respecto de este escabroso asunto. Creo que, con el reconocimiento y reposición de los perjudicados todos salimos ganando, pues ellos nunca fueron enemigos nuestros ni de una democracia que defendieron con sus propias vidas.
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