Gargallo, ex sargento: "Nunca dejé de ser guardia civil, de alma y de actitud".
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José Morata Gargallo, de 56 años, va a volver a ponerse el uniforme verde y el clásico tricornio negro que caracteriza a la Guardia Civil. En una iniciativa histórica, el Congreso ha aprobado, con el voto a favor de todos los grupos parlamentarios, una proposición no de ley que exige al Gobierno la readmisión en la Benemérita de cuatro agentes que fueron expulsados hace más de una década por luchar por los derechos de sus compañeros.
Morata, ex sargento, fue el fundador del sindicato clandestino SUGC en 1986 y de la Asociación Unificada de la Guardia Civil, la asociación más veterana del Cuerpo, acaba de cumplir 15 años de existencia, y la que más afiliados tiene, cerca de 30.000 agentes.
¿Cuál fue su delito?
Conceder una entrevista a un periodista como secretario general del sindicato clandestino y tener propaganda del mismo en mi casa.
Grave delito.
Ya ves. Mi actividad sindical comenzó en 1986, y en 1990 otros tres compañeros y yo fuimos a parar a una cárcel militar. Yo sólo estuve 19 días. Después estuve tres años suspendido de mis funciones y en 1997 me expulsaron. Hasta ahora.
¿Guarda rencor al Cuerpo?
¿Rencor? No. La Guardia Civil es mi vida. Entré a los 18 años, mi padre era guardia. He tenido la suerte de tener una profesión que me ha encantado. Nunca he dejado de ser guardia civil, de alma y de actitud. Los generales que me expulsaron fueron los que cometieron el error. Al echarme crearon al primer liberado sindical de la Benemérita. Gracias a ese error, la AUGC creció a un ritmo imparable.
Trece años fuera de la Benemérita son muchos años. ¿Su expulsión debió ser un fuerte golpe personal?
Tenía a mi familia mentalizada. Mi mujer y mis dos hijos sabían lo que defendía su padre. No les pilló de sorpresa que me encarcelaran. Pero sí, la expulsión fue dura.
¿En esos 13 años cómo se ha ganado la vida?
Sólo tuve derecho a una pensión de 450 1. He trabajado en 2.000 cosas: en un almacén de azulejos, en otro de bebidas, fui vigilante de un chiringuito playero... y, sobre todo, en la AUGC.
Y ahora, ¿para cuándo espera su reincorporación?
No lo sé. Espero que pronto. La proposición del Congreso no obliga al Gobierno, pero teniendo en cuenta que votó a favor el PSOE, espero que pronto. Soy el único de los cuatro que expulsaron que después siguió con el sindicalismo. Si hay políticos de por medio, siempre soy pesimista. Son muchos años de promesas incumplidas.
¿Sueña con volver a vestir ese uniforme?
Aunque sólo sea por un día. Tengo 56 años y los guardias pasamos a la reserva a los 58. Me quedan dos años. A lo mejor me readmiten y me quieren jubilar anticipadamente. La verdad es que me encantaría volver a un puesto de comandancia (cuando le expulsaron en 1997 era el sargento que mandaba el puesto de Borriana, en Castellón).
¿Y volverá de sargento?
Un día después de expulsarme me iban a ascender a brigada. Te reconocen los años que has estado fuera, así que volveré de subteniente.
¿Ha valido la pena?
Claro que sí, he luchado por lo que he creído, por mejorar los derechos y las libertades de los guardias civiles. Está en juego mi rehabilitación y mi dignidad. Y la de los muchos compañeros que fueron encarcelados y luego expulsados. No soy el único.
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