El cabo Rosa dice que el PSOE quiso negociar con el sindicato de la Guardia Civil
Los socialistas hablan de "gestión humanitaria"
CHARO NOGUEIRA, - Madrid - 16/07/1990
"Pactamos con representantes del PSOE que estaríamos callados durante las elecciones andaluzas; ellos, a cambio, dialogarían y negociarían con nosotros. Pero no han cumplido el compromiso" asegura el cabo Manuel Rosa, considerado como promotor del sindicato clandestino de la Guardia Civil. Los socialistas, en cambio, niegan cualquier intento negociador. "Sólo hubo una gestión humanitaria", explica el diputado del PSOE Ramón Vargas Machuca. Mientras, los días transcurren con una lentitud desesperante para los cinco guardias civiles que cumplen prisión preventiva en la cárcel militar de Alcalá de Henares.
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Visten de paisano, en contra de la norma que les obliga al uniforme. Es una gota más en el ya colmado vaso de la indisciplina, según sus superiores. Para ellos es cuestión de detalle.En el pabellón 9 de la prisión militar de Alcalá de Henares (Madrid), que hasta hace poco compartieron con el teniente general Milans del Bosch, hace un calor digno del récord Guinness. El cabo Manuel Rosa y los números José Luis Espino, Juan Antonio Cillán, Miguel García García y José Antonio León Serralbo se acomodan en la sala de estar.
"El PSOE nos ofreció dialogar, reconocer el derecho asociativo en la Guardia Civil y hacer una mesa de negociación por fases a la que se incorporaría el ministro Corcuera en el último momento. A cambio, nosotros les daríamos una tregua sin apariciones públicas durante un mes. Ahora concluye el plazo y ellos no han cumplido su compromiso, pero no importa demasiado, porque el Tribunal Constitucional nos va a dar la razón", afirma el cabo Rosa, cliente habitual de calabozos y prisiones militares desde 1986. A tenor de sus explicaciones, esa futura sentencia hizo al PSOE "tener la iniciativa de dialogar con nosotros". El diputado socialista Ramón Vargas Machuca fue el "intermediario" entre el partido socialista y los presuntos miembros del sindicato clandestino de la Guarda Civil, según apuntan éstos.
Sin embargo, el parlamentario del PSOE da una versión muy distinta de lo ocurrido. "Sólo he hecho una gestión humanitaria", puntualiza. "Durante la campaña electoral andaluza, en La Línea de la Concepción, se me acercó un buen militante nuestro y padre de uno de los guardias presos. Me dijo que a ver qué se podía hacer para encontrar una salida a este problema. Yo expuse la cuestión a diputados de la comisión de Justicia e Interior del Congreso y se lo comenté al ministro Corcuera en un pasillo. Es lo único que ha ocurrido. No ha habido contacto directo ni mediación", concluye Vargas Machuca.Versiones opuestas. Sin embargo, el cabo Rosa asegura que ha habido otros indicios de que el Gobierno está dispuesto a legalizar el sindicato de la Guardia Civil. "¿Por qué no iban a negociar con nosotros cuando lo han hecho con los terroristas de ETA?", añade.Se siente respaldado por todos los partidos, excepto por el PSOE. "Izquierda Unida representa mucho para nosotros, es la mano que te ayuda cuando te vas a ahogar, pero el Partido Popular también se ha solidarizado con nuestra lucha", añade Rosa.
Además de los cinco reclusos de Alcalá, hay otros tantos agentes de la Guardia Civil en prisión preventiva, -cuatro en Figueras (Gerona) y uno en Zamora- "Alguno está preso porque dicen que salía en alguna de las fotos", señala el cabo Rosa.Las imágenes de los guardias de uniforme con los rostros cubiertos por capuchas rematadas por tricornio traen de cabeza al Ministerio del Interior. "Las utilizamos porque son el único modo para concienciar de que seguimos siendo el colectivo más represaliado del mundo, tanto psicológica como humanamente". Manuel Rosa lleva el protagonismo de la conversación, que de vez en cuando interrumpen sus compañeros. "Lo peor de esto es que sabes cuándo entras en la cárcel, pero no cuándo vas a salir", tercia Cillán, un joven guardia de 26 años.
Optimistas pese a todo
"Todo está a punto de caramelo", afirma el cabo Rosa con la sonrisa en los labios. Todo es la batalla jurídica que ha emprendido en tres frentes. El primero es el Tribunal Constitucional, que ha admitido 17 recursos de amparo y de quien Rosa espera un rápido pronunciamiento a favor de la legalización de la Unión Democrática de Guardias Civiles, -próxima al clandestino Sindicato Unificado de la Guardia Civil- y que, en su opinión, daría vía libre al asociacionismo en la Benemérita y las Fuerzas Armadas.El segundo camino es el Tribunal de Estrasburgo, que ha admitido su demanda contra la no concesión de hábeas corpus a los miembros del instituto armado.
Por último, Manuel Rosa confía en la inminente declaración de los guardias encarcelados como presos de conciencia por parte de Amnistía Internacional.
Mientras, recibe apoyos como el de la Conferencia Europea de Soldados (ECCO), organización que lucha en favor de la libertad de expresión para los miembros de las Fuerzas Armadas. Un representante de este grupo, el francés Patrick le Trehondt, visitó el pasado jueves a los agentes presos.
El pasado 28 de mayo fueron los secretarios generales de los sindicatos UGT y CC OO, Nicolás Redondo y Antonio Gutiérrez, los que visitaron en la cárcel madrileña al cabo Rosa Recuerda. Su esposa, Carmen Romero, participó en la manifestación del 1 de mayo.
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