viernes, 8 de mayo de 2009

El sindicato de la Guardia Civil, un poco de historia.

EL SINDICATO UN POCO DE HISTORIA

El 20 de junio de este año, se lleva a cabo una reunión de miembros de la Guardia Civil, en la que surge la idea de formar un sindicato al amparo de la Ley de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad que se estaba elaborando. De ella sale un documento en el que se marcan los primeros objetivos de la futura organización:
- Desaparición de la naturaleza militar de la Guardia Civil.
- Pase voluntario de los miembros de la Guardia Civil al futuro Cuerpo Nacional de Policía resultante de la fusión del Cuerpo Superior de Policía y de la Policía Nacional.
Este documento es remitido a Presidencia del Gobierno, al Ministerio del Interior y a los medios de comunicación. Al momento, el Ministerio del Interior anuncia, mediante una nota oficial, que “se evitará reglamentariamente” cualquier intento de crear un sindicato dentro del cuerpo, comunicando igualmente, que la doble dependencia se mantendrá en la Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
El “se evitará reglamentariamente” se plasmará materialmente con el golpe moral que el Gobierno del Partido Socialista Obrero Español, dará a las esperanzas de cambio en la Guardia Civil.
Las declaraciones del Director General del instituto así lo infieren: “serán expulsados -los sindicalistas- una vez encontrados”.
En este momento existen dos corrientes sindicales en la Guardia Civil: el Sindicato Profesional de la Guardia Civil (S.P.G.C.) y el Sindicato de la Guardia Civil (S.G.C.), aunque los comunicados se hacen conjuntos y los fines son los mismos: la desmilitarización de la Guardia Civil, la desaparición de las casas-cuarteles, la modernización de medios,... Pero el S.P.G.C. parece contar con una mejor estructura organizativa, integrada por una junta gestora y varias juntas provinciales (Sevilla, San Sebastián, Barcelona y Valencia), que a su vez unifican las provincias limítrofes.
Mientras, el ministro Barrionuevo reestructura la organización territorial de la Guardia Civil, haciéndola coincidir con las regiones militares, preparando lo que los sindicalistas ilegales llaman una “supermilitarización del cuerpo”.
Al comenzar el año 1.985, los servicios de información de la Guardia Civil, cuyo desmantelamiento habían solicitado los sindicatos clandestinos, parecen no tener donde morder, y la operación de dirige a investigar a los guardias con amistades en el Sindicato Unificado de Policía (S.U.P.), como sospechosos de ser posibles contactos entre ambas organizaciones y por ello una formar de llegar al ovillo. Este nuevo vector investigador llega a extremos de controlar el horario de entrada y salida, en los cuarteles de la Guardia Civil, de las patrullas de la Policía de servicio, remitiéndose a sus jefes, por si el tiempo de estancia en los acuartelamientos excediera del estipulado como descanso.
La posibilidad de pedir destino con carácter preferente que tienen los guardias civiles destinados en el País Vasco, hace que los compromisos reivindicativos se extiendan por todas las provincias, y sobre todo por las andaluzas. Así comienzan a publicarse notas de prensa de los sindicatos clandestinos en los periódicos locales de la región y panfletos informativos en los cuarteles.
La primera provincia donde esto se produce a escala local es Huelva, allí, las octavillas ya aparecen firmadas por el Sindicato Unificado de la Guardia Civil (S.U.G.C.), como organización única para reivindicar los derechos democráticos en el cuerpo. A finales de este año sale a la luz pública en Sevilla, concretamente en la Compañía de Especialistas Fiscales del Muelle, donde el sindicato denuncia casos de contrabando de tabaco y actitudes ilegales de los mandos, que con cierta frecuencia, venían produciéndose en esa unidad.
En la primavera de 1.986 se convoca la primera asamblea del sindicato clandestino, con el fin de unificar criterios. Se reúnen 23 guardias civiles, que representan a una o varias provincias, ante la imposibilidad que tienen algunos representantes provinciales de acudir a la reunión. Aquí se firma la creación de S.U.G.C., que continúa manteniendo las antiguas reivindicaciones:
- Desmilitarización de la Guardia Civil.
- Legalización de las actividades sindicales.
- Desmantelamiento de los servicios de información.
- Ingreso de la mujer en el cuerpo.
- Salida de los mandos de carácter militar.
- Dependencia exclusiva del Ministerio del Interior.
Además se pretende mantener contacto con las fuerzas políticas y sociales del país para buscar apoyos, y se regulan las fórmulas de seguridad: nombres falsos, alteraciones de números de teléfonos, alquiler de apartados de correos,...

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